Alicia se levantó de un salto, porque comprendió de golpe que ella nunca había visto un conejo con chaleco, ni con reloj que sacarse de él, y, ardiendo de curiosidad, se puso a correr tras el conejo por la pradera, y llegó justo a tiempo para ver cómo se precipitaba en una madriguera que se abría al pie del seto.

Un momento más tarde, Alicia se metía también en la madriguera, sin pararse a considerar cómo se las arreglaría después para salir.
 

LA MADRIGUERA DEL CONEJO BLANCO

LA MADRIGUERA DEL CONEJO BLANCO

grafito sobre madera imprimada - 75x130 cm

LA MADRIGUERA DEL CONEJO BLANCO (DETALLE)

diseño: J.L. Muñoz